17/1/13

La naturaleza, primera ventana de asombro

Por Catherine L'Ecuyer, autora de Educar en el asombro

¿Qué provoca el asombro? La Belleza es una de las cualidades del ser que provoca asombro. El otro día, estuvimos en el Templo de la Sagrada Familia con mi marido y mis hijos. Todos nos quedamos sin palabras, hasta la pequeña Juliette de un año. "Sólo el asombro conoce", dicen los filósofos. Después de ese paseo silencioso en el bosque sagrado, entendimos lo que despertó el genio de Gaudí para inspirarle esa obra indescriptible. Sabemos que Gaudí encontró inspiración en la Belleza de lo Divino, era un hombre profundamente religioso. ¿Pero a través de qué experiencia vital puede un hombre desarrollar tal genio para emprender y desarrollar una obra tan magnífica? Me encontré con la siguiente respuesta:

"Antonio Gaudí (...) de pequeño contó con una salud muy débil y sus continuos ataques de reumatismo lo apartaron de los juegos de niños y retrasaron su ingreso en la escuela elemental. Su madre pasaba muchas horas con él y lo distraía con paseos por el campo y observando la naturaleza. 

Recordando su infancia, Gaudí, ya de mayor, escribió: Con las macetas de flores rodeado de viñas y olivos, animado por el cloqueo del averío, el piar de los pájaros y el zumbido de los insectos, y con las montañas de Prades al fondo, capté las más puras y placenteras imágenes de la Naturaleza, esa Naturaleza que siempre es mi Maestra."

Escalera en forma de caracol
en la Sagrada Familia
La forma de los caracoles
que inspiraron a Gaudí
La naturaleza fue la primera ventana de asombro de Gaudí y fue inspiración para esa obra maestra, la Sagrada Familia. Gaudí supo cómo llevar la Belleza de lo Divino a las calles y elevar los espíritus de miles de personas hacia el cielo a través de la maravilla de la Belleza de la naturaleza. Gaudí no entró en un parvulario con 4 meses, no tenía juguetes que hablaban, ni iba a Kumon dos veces a la semana, ni veía Baby Einstein. Tuvo una infancia contemplativa en compañía de su madre y de su mejor amigo, el silencio, y fue instruido por su maestra, la naturaleza.

Quizás esa situación no está al alcance de todos nosotros. ¿Quién vive hoy en día entre viñas y olivos? ¿Quién dispone de tiempo para estarse sentado todo el día para observar árboles y escuchar el piar de los pájaros? Lo que sí está al alcance de cada uno de nosotros es la toma de conciencia de lo que es realmente esencial, excelente y Bello para nuestros hijos. De lo que les puede inspirar y nutrir el espíritu, de lo que puede desarrollar su paladar para la apreciación de lo fino, de lo Bello. A veces, la Belleza se encuentra en el lugar menos esperado. Y si recuperamos la sensibilidad y el asombro que tenemos de forma innata y que hemos ido perdiendo por las circunstancias de una vida frenética y consumista, sabremos reconocer la Belleza que nos rodea. Sin el asombro, la Belleza no se ve ni se conoce. Sin la Belleza, el asombro trabaja a ciegas.

Mi recomendación: para leer sobre la importancia de la naturaleza en el proceso del asombro, recomiendo El sentido del asombro, de Rachel Carson. Y si quieres aplicar esas ideas al ámbito de la educación, encontrarás más ideas en Educar en el asombro.


Quizás te interesa: La admiración, ante la grandeza de la naturaleza.

4 comentarios:

Miss Chloe dijo...

Es un post precioso.

Hoy en día parece que es bueno tener niños "precoces tecnológicos" y se oyen cosas como: cuanto antes aprenda a manejar un ordenador o una tablet, mejor. Y la mejor maestra del mundo, ahora y durante centenares de miles de años, ha sido la Naturaleza.

Ojalá adultos y niños pudiésemos volver a ella más a menudo!

La mujer que bota fuego dijo...

Hermoso y certero post!!

Maria dijo...

Qué palabras tan inspiradoras. Olvidamos tantas veces lo que tenemos alrededor, la naturaleza que tan necesaria es para el desarrollo de los niños.

1beso.

(PD: el enlace al libro de Rachel Carson no funciona.

tomae dijo...

"El bosque de Dios":

Aquel Domingo, tuve la oportunidad de visitar la Basílica de la Sagrada Familia en Barcelona.

- ¿Cómo pudo ese señor imaginar en su cabeza todo el templo?

Preguntaba mi hija al contemplar la fachada lateral del Nacimiento, refiriéndose a la genialidad del Arquitecto Antoni Gaudí.

La visita, excelentemente guiada y comentada por el arquitecto de los "Amics de Gaudí", se centró básicamente en la explicación de las dos fachadas laterales acabadas, (Nacimiento y Pasión) la espectacularidad del interior del templo y breve descripción de lo que tiene que ser la fachada principal, (Gloria) a parte de detalles iteresantísimos de tan magnífico autor. - ¡Gracias JM!

Me llamó la atención el comentario que la basílica es de los pocos templos (no se si el único) que no tiene retablos en su interior, todos están esculpidos en el los laterales exteriores... en ese sentido las esculturas exteriores, -las fachadas- constituyen una auténtica catequesis sobre la vida de Jesucristo, acompañado con Su Madre, también por San José. De alguna forma me recordó al Rosario, una oración entorno a los momentos del Señor, divididos en los distintos misterios, Gozo, Pasión y Gloria ... hace unos años se incorporaron los misterios de la Luz -Bautismo,Autorrevelación,Conversión,Transfiguración, Eucaristía-. Pensé que quizá Gaudí de alguna manera intuyó esta incorporación; su templo es también un "recorrido" en la vida de Nuestro Señor, y que el interior es ese sitio especial donde el Señor del bosque "ilumina" al que transita en ese espectacular lugar.

Le contaré a mi hija que juegue, que baile, que estudie, que se divierta, que crezca, que quiera... (que se edifique) y que de tanto en tanto se pasee por el bosque; le contaré que así lo debió hacer el arquitecto Gaudí, y que un día miró al Cielo, y de alguna forma comprendió ... "voy ha hacer un templo!".

Saludos.

...y sí que llueve hacia arriba ... lo ví en "Forres Gump"! :)