Por Catherine L'Ecuyer
Cuando un arquitecto que empieza la edificación de una catedral sabe que no escuchará nunca sus campanas, y cuando una persona que plata un bosque de árboles sabe que nunca podrá gozar de su sombra, entonces han entendido el sentido de su trabajo. Ojalá todos los maestros y padres educáramos con esa rectitud de intención. Sé que el tiempo escasa y que 30 minutos, no lo tiene todo el mundo, pero vale la pena encontrar un hueco para ver ese maravilloso cortometraje, El Hombre que Plantaba Árboles de Frederic Back. Un clásico para toda la familia, que nos ayuda a encontrar la belleza que se esconde en lo ordinario, en lo pequeño.
Cuando un arquitecto que empieza la edificación de una catedral sabe que no escuchará nunca sus campanas, y cuando una persona que plata un bosque de árboles sabe que nunca podrá gozar de su sombra, entonces han entendido el sentido de su trabajo. Ojalá todos los maestros y padres educáramos con esa rectitud de intención. Sé que el tiempo escasa y que 30 minutos, no lo tiene todo el mundo, pero vale la pena encontrar un hueco para ver ese maravilloso cortometraje, El Hombre que Plantaba Árboles de Frederic Back. Un clásico para toda la familia, que nos ayuda a encontrar la belleza que se esconde en lo ordinario, en lo pequeño.
3 comentarios:
Està molt bé el comentari. L'arquitecte potser no podrà escoltar mai les campanades ara bé si se es pot imaginar com sonen. I precisament aquesta imaginació és el que permet a la persona ser recte envers aquest ideal.
No deixem en mans d'altres el futur.
Impliquem-nos per millorar-lo, per donar sentir a la nostra vida.
El nostre pas deixarà empremta, només dependrà de cadascun de nosaltres si aquesta tindrà una repercussió positiva pels qui l'heretin.
Aquí puedes ver el vídeo con subtítulos:
http://muevetuscaderas.blogspot.com.es/2008/09/el-hombre-que-plantaba-rboles.html
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