28/10/14

Ipads en las aulas: prudencia y responsabilidad ante la ausencia de evidencias

Por Catherine L'Ecuyer
(Texto adaptado al formato reportaje/entrevista, publicado en ABC.es)

Ese texto ha sido escrito por encargo en firme de FAPEL (para fapelnews), pero tras entregar el contenido (a tiempo y con los parámetros pactados), no fue publicado. El presidente de FAPEL trabaja en un colegio que usa ipads, uno de los autores de los artículos es director del mismo colegio y la última página de la revista está pagada por una empresa que digitaliza las aulas.

Empieza a haber colegios que sustituyen los libros de textos por el ipad. Ante ese cambio, muchos padres dudan y se preguntan sobre las ventajas y las desventajas de ese cambio. Los padres que buscan información están rodeados de argumentos a favor, mientas que son pocas las voces que piden una actitud prudente y responsable frente a la digitalización masiva de las aulas.


Lo que poco se sabe y se dice, es que hoy por hoy, no existe evidencia suficiente que avale los supuestos beneficios de los ipads en las aulas. En un artículo del New York Times "Aulas del futuro, resultados estancados", Tom Vander Ark, un ex-directivo de la fundación de Bill Gates, también inversor en tecnología aplicada a la educación, preguntado por los beneficios de la tecnología en las aulas, reconocía: "Los datos son muy flojos. Cuando nos presionan para dar evidencias, lo tenemos muy complicado. O nos hemos de poner las pilas, o nos hemos de callar."

En su blog, Larry Cuban, profesor Emérito de Educación de la Universidad de Stanford, afirma que “no hay cuerpo de evidencia (numerosos estudios que marcan una tendencia) que el uso del iPad pueda mejorar los resultados en lectura o en matemáticas, y tampoco lo hay que puede dar mejores oportunidades de trabajo después de la universidad”. En el artículo arriba citado, el Profesor Cuban afirma: "Hay insuficiencia de pruebas que justifique emplear dinero en eso. Punto. Punto. Punto." Hoy, lo único que existe son estudios puntuales que no marcan tendencia a favor, mayoría de ellos están financiados por empresas tecnológicas y en muchos casos carecen el rigor suficiente: ausencia de grupo de control, prejuicios en los parámetros estudiados, indicadores subjetivos ("gusta más a los profesores", "motiva más a los alumnos"), etc.

Es preciso decir que existe un parámetro que sale sistemáticamente bien parado en numerosos estudios sobre el uso de ipad en las aulas: la mejora de la motivación del alumno (“more engaged”). De allí, se asume que los alumnos tendrán mejores resultados. Pero mientras lo “asumimos”, esa mejora académica nunca se ha llegado a probar seriamente, dice Cuban, que da la siguiente explicación: “existe un efecto novedad, que los defensores de las nuevas tecnologías confunden con la motivación del alumno por aprender en el largo plazo, pero el tiempo pasa y el efecto novedad desaparece.” Y añade que, mientras tanto, “la asunción de que la motivación del alumno produce mejores resultados en el largo plazo sigue siendo una asunción”. Existe otra confusión. Algunos defensores del ipad en las aulas confunden la fascinación que provoca la pantalla (que ellos llaman “motivación”) con que “el alumno esté tomando las riendas de su educación”. Todos estamos de acuerdo en que el niño y el joven debe asumir el protagonismo de su educación. Pero el efecto novedad / fascinación del que habla Cuban no es equivalente a asumir el protagonismo de su educación, porque el que lleva las riendas ante la pantalla no es el alumno, sino la aplicación "inteligente" de la tableta. Tanto el alumno como el maestro pasan a ocupar lugares secundarios. Eso es un error, porque esa educación individualizada que da la tableta, no es lo mismo que una verdadera atención personalizada.

Ante la ausencia de evidencias científicas, se recurre a menudo a argumentos que carecen de contenido educativo, como por ejemplo “existe un ahorro con respecto a los libros”, “la mochila pesa mucho”, “no podemos poner puertas al campo”, “es el futuro”, “si lo hacemos nosotros, porque ellos no”, etc. Es precio desmontar los mitos populares que se han construido en el ámbito educativo y en los medios sobre el uso de las TICs por parte de los niños.

Por ejemplo, lo que conviene a un adulto, no necesariamente conviene a un niño, como el café, el vino, o muchas otras cosas. Existen muchos estudios que advierten de los efectos de la pantalla en una mente inmadura, como por ejemplo la incapacidad de filtrar lo relevante de lo irrelevante, el deficit effect (los niños pequeños aprenden mejor a través de una demostración en directo que de una demostración a través de la pantalla), la reducción del vocabulario en niños pequeños, la hiperactividad, la apatía, la impulsividad, el déficit de atención, la adicción, la superficialidad del pensamiento, el mal funcionamiento de la memoria de trabajo, la deshumanización del aprendizaje, el empeoramiento de la lectura comprensiva on-line con respecto a la lectura sobre papel, etc. Por ese motivo, muchas asociaciones pediátricas en el mundo han recomendado el no uso de la pantalla en niños menores de 2 años, y la reducción a una hora o dos de pantalla en los jóvenes y en los niños de otras edades. Habrá que ver los efectos del uso continuo de pantalla en los niños en un contexto escolar a lo largo de los próximo años. Estamos asistiendo a un experimento a gran escala, protagonizado por niños cuyos padres no siempre están informados de ello.



Por otro lado, más estímulos no es necesariamente mejor. Esa creencia viene de una serie de neuromitos (ej. “usamos sólo una pequeña parte de nuestro cerebro”, “la infancia es una etapa crítica para acumular conocimientos”…). Esos mitos, denunciados por la OCDE y debidos a una mala interpretación de la neurociencia, a menudo se ven aprovechados por la industria del sofware y del hardware que ven en el padre preocupado por la educación de sus hijos una atractiva oportunidad económica. Esa misma industria es la que patrocina gran parte de la investigación en el ámbito de las TICs, la mayoría de los congresos de educación, paga los honorarios de los ponentes en esos congresos y cuyos gastos de publicidad constituyen un porcentaje importante de los ingresos de los medios de comunicación y de las revistas educativas, que luego difunden sus bondades, creando un estado de opinión favorable a sus intereses económicos.


También hemos de saber que nuestros hijos no van a perder el tren profesionalmente por no usar un ipad con 4, 8 o 12 años. Hace poco, salía en el New York Times que Steve Jobs no dejaba a sus hijos usar el ipad y limitaba el uso que hacían de otras tecnologías. Hace 3 años, salía en el mismo medio que muchos ejecutivos de empresas tecnológicas mandan a sus hijos a un colegio que hace bandera de no usar las TICs. “Hacemos la tecnología tan fácil de usar como la pasta de dientes”, dice un padre de este colegio, ejecutivo de Google. Y añade, refiriéndose a sus hijos, que “la tecnología tiene su tiempo y su lugar”. Nadie puede negar que Internet es una herramienta imprescindible en el presente y el futuro de la economía de la información, pero para poder aprovecharla, uno tiene que saber muy bien lo que está buscando, lo que no, y por qué lo está buscando. La capacidad de responder a esas preguntas se desarrolla off-line, no on-line, y puede variar de un niño a otro, por lo que compete exclusivamente a los padres, que son primeros educadores, decidir el momento apropiado. 

Los argumentos de poco peso educativo (peso de la mochila, coste de los libros) han de ceder el paso ante la ausencia de evidencias científicas suficientes sobre los beneficios del uso del ipad en las aulas. Ese hecho debe llamar a los colegios a una actitud de prudencia y de responsabilidad, que consiste concretamente en 1) estar al día de las tendencias que marcan, o todavía no, los estudios científicos sobre el tema 2) estar al día de los estudios científicos sobre los efectos perjudiciales, 3) dar toda la información a los padres sobre los pros y los contras, para que ellos pueda decidir libremente si quieren que sus hijos participen en ese “experimento a gran escala” y 4) darles la oportunidad de excluir a sus hijos de ese experimento, ofreciendo una línea no digital.

En 1996, Steve Jobs decía (Wired): “Había llegado a pensar que la tecnología podría ayudar la educación. Probablemente haya encabezado esa creencia, siendo uno de los que más equipamientos tecnológicos haya regalado a colegios en todo el planeta. Pero llegué a la conclusión inevitable que el problema no es uno que la tecnología pueda esperar solucionar. Lo que no funciona con la educación no se arregla con la tecnología. La cantidad de tecnología no tendrá el más mínimo impacto. (…) Los precedentes históricos nos enseñan que podemos convertirnos en seres humanos asombrosos sin la tecnología. La experiencia también nos dice que podemos convertirnos en seres humanos poco interesantes a través de la tecnología." En ese sentido, podemos preguntarnos por lo que hubiera ocurrido con Steve Jobs, Mozart, Picasso, Aristóteles o Chesterton, de caer uno de estos dispositivos en sus manos con 8 años. 

Y para concluir, podemos preguntarnos por los motivos por los que toda esa información no llega a los padres. Como dice Huxley, “una verdad sin interés puede ser eclipsada por una falsedad emocionante”.

Texto adaptado al formato reportaje/entrevista, publicado hoy en ABC.es

18 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo no entiendo, si dicen que no hay un estudio exhaustivo y que todavía no se puede hablar del tema porque no hay datos suficientes, ¿porque dicen que no es bueno y que seamos prudentes?
Entiendo que esto es como todo, si se abusa es malo, si se usa con prudencia no tiene porque afectar.

Mi hijo le motiva, y lleva años, estudiar ingles en la tablet. No se ciñe a lo que le diga el libro del colegio, busca lo que le interesa que son documentales y dibujos todos ellos en ingles. ¿Que mejor que estudiar alguna asignatura que hacerlo con algo que te gusta?. Los libros del colegio son tediosos y aburridos y que mas da tener 5 o 6 libros en papel que tener una tablet y tenerlos ahi todos juntos.

Creo que con un buen uso, la tecnologia no es tan mala. Pero claro, primero tienen que saber del tema padres y profesores, para saber enseñar a los niños.

Catherine L'Ecuyer dijo...

Si se desarrolla un nuevo medicamento que todavía no se ha probado en humanos, o cuyos efectos beneficiosos no se conocen con certidumbre y que podría tener efectos adversos en un cierto contexto, es mejor no experimentar con personas sanas. Pues por analogía es así con los ipads. No es suficiente tener un estudio puntual. Para que algo sea reconocido como un beneficio, es preciso tener un grupo de estudios que marcan tendencia. No los hay. Por lo tanto, ante los cientos de estudios genéricos (no aplicados a las aulas) sobre la pantalla que dicen que puede tener un efecto perjudicial en niños pequeños, es preciso matizar por edad y ser prudente y responsable. Creo que queda claro el artículo. El argumento del "buen uso" cae ante la ausencia de evidencias suficientes. Un saludo, Catherine

Anónimo dijo...

Interesante tema y artículo Catherine.

Anónimo dijo...

Es interesante y efectivamente no está probado, pero ya no hay vuelta atrás. Las TICs están aquí para quedarse.
De hecho no estaríamos aquí reunidos leyéndonos y escribiendo nuestra opinión si no estuviéramos enfrente de un ordenador o una tableta.
Negar la evidencia no hace bien a nadie, es mas, creo que empobrece.
En cualquier caso la prudencia es una buenísima virtud. A lo mejor no es café para todos...

Catherine L'Ecuyer dijo...

La estupidez, la necedad, la pobreza y la enfermedad también están en ese mundo para quedarse. No entiendo el argumento.

Anónimo dijo...

Por algo será que ejecutivos de empresas tecnológicas americanas llevan a sus hijos a colegios que no utilizan las TIC. Empezaron antes y están de vuelta. Hay que tomar nota.
Aquí estamos en el boom de las TIC, los niños prefieren la pantalla a leer libros de texto, cuando hay que compaginar ambos medios. Hay que llegar a un equilibrio.
Está claro que la ortografía va a peor. Con las TIC la cantidad y velocidad de llegada de información no ayuda, estresa, se asimila y razona poco. Demasiadas horas delante de las pantallas ( móvil, ipad, portátil, TV ), si las contabilizamos nos sentiremos culpables. Vamos hacia una vida virtual, la imagen ha pasado a ser la gran prioridad para los niños. El tiempo a dedicar a las tareas diarias y hablar sin TIC's se reduce y perjudica la convivencia.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo en que las tics van en detrimento de la calidad en las relaciones humanas personales.

Anónimo dijo...

Estoy totalmente de acuerdo contigo Catherine. Un abrazo,

Jesus dijo...

Pues nada volvamos a educar como hace 50 años!!!

Catherine L'Ecuyer dijo...

Para los que conciben la innovación sólo en términos de pantallas, sí, es una vuelta 50 años atrás. Para los que conciben la innovación en otros términos, es un viaje hacia el futuro. Un abrazo, Catherine

Anónimo dijo...

Creo que no existen datos en un sentido, ni en el otro.
¿los caramelos son malos para los niños? habrá posiciones para todo y, como siempre, habrá allí un factor de raciocinio y de prudencia por parte de los padres, para utilizarlos en su justa medida, en función de su criterio.
A mi, personalmente, me hubiera encantado tener capacidad lectora en el ordenador, al igual que la tengo con la escritura. Tiempo atrás, tenía que escribir en un papel y luego trascribirlo en el ordenador, ahora puedo escribir directamente... lo cual considero que es algo muy positivo, dado que me permite ahorrar mucho tiempo en mi profesión.
Creo que son hábitos positivos que se adaptan a los tiempos y los medios en los que vivimos, ¿por qué no potenciarlos en los hijos, como he dicho, con prudencia y en su justa medida? Las TICs que potencien habilidades en nuestros hijos, ¿por qué no fomentarlas de forma responsable?
Sin embargo, felicidades, tu artículo da que pensar.

Catherine L'Ecuyer dijo...

Querido anónimo, los caramelos están para agradarnos la vida, en justa medida como bien dices. No están para apoyar el aprendizaje. Tendríamos que apoyarnos en estudios serios para justificar usarlos de forma sistemática en el aula. Por eso me gusta el ejemplo, creo que la analogía es buena. Las TICS, como los caramelos, si se han de usar en las aulas para facilitar el aprendizaje, debe ser tras haber comprobado que tienen efectos positivos para el aprendizaje. Si no hay estudios que lo dicen, mejor abstenerse. Tratamos con personas...

Anónimo dijo...

Querida Catherine,

Yo no tengo ningún estudio que me diga que el caramelo es bueno para fomentar la lectura... sin embargo, la experiencia prudente y con raciocinio me indica que sí funciona. Cuando mis hijas se acaban un libro, les doy un premio, y el premio es un caramelo... creo que aunque no hay estudios que me avalen, el sentido común y la experiencia me llevarán a seguir haciéndolo mientras sirvan para el fin propuesto -fomentar el hábito de la lectura-(aunque haya muchos que no compartan mi misma opinión).
El uso masivo y desquiciado de las TICs creo que, como dices, por prudencia no debe fomentarse. Del mismo modo que creo que no debe fomentarse el meter de forma masiva los caramelos en las aulas. Sin embargo, como medida de estímulo y adquisición de hábitos ¿por qué no? creo que es un medio idóneo y único para que el niño adquiera unos hábitos de futuro que, a través de otros medios, no podrá adquirir (habilidad con teclados, comprensión lectora a través de la pantalla, concentración, uso controlado...). Creo que si tenemos presentes el objetivo que perseguimos, no debemos tener miedo... el problema está cuando perdemos de vista el objetivo marcado y acaba siendo un "si lees te doy un caramelo" y, peor, el peligro de que se convierta en un "si no me das un caramelo no leo". En ese caso... mejor dejar de lado los caramelos y volver a empezar con la lectura "sin recompensas".

Un saludo y, de nuevo, felicidades.

Catherine L'Ecuyer dijo...

Hay estudios sobre la motivación que provocan las TICs en los niños (como los debe haber sobre los caramelos!). Pero esos estudios no reportan mejora en los resultados académicos. Esa motivación, es motivación para el ocio, no para el aprendizaje. Es motivación extrínseca, no intrínseca…

Anónimo dijo...

Dibujar una sombra de duda o atribuir directamente intereses espúreos me parece poco elegante. Sin duda debe ser para llamar la atención o por desacreditar sin argumentos.
Creo que puede haber otros modos de difundir sus ideas y que habla con poca información de lo que se hace en educación con las TIC. No se si habla de oidas o conoce realidades concretas, pero seguro que existen cosas muy interesantes que se apoyan en las tic para fomentar la creatividad, el trabajo en equipo y adaptar a cada alumna el curriculum.
Por lo que se refiere asus teorias sobre el apego y el asombro, estoy bastante de acuerdo.
Saludos.

Catherine L'Ecuyer dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Catherine L'Ecuyer dijo...

Estimado anónimo,
Hablo de estudios y de hechos no de intenciones. Los métodos, por muy bien intencionados que sean, deben haber sido probado previamente. La pedagogía es una ciencia experimental, decía Victor García Hoz, primer Catedrático de pedagogía experimental de España. Me gusta ver que despierta comentarios en gente que usa la herramienta, eso es bueno, quiere decir que el mensaje está cuajando en todos los ámbitos. Un saludo, Catherine
NB. El apego no es una teoría mía, es algo que está reconocido en el ámbito educativo, pediátrico y psicológico desde hace décadas. Tan solo lo difundo, en eso no he inventado nada.

Unknown dijo...

Hola, después de leer varios comentarios, me gustaría "Opinar" que no es cuestión de "las TIC son Buenas siempre que se hace un buen uso"
Está claro que la tecnología ha desarrollado campos en que antes no existían y aunque algunos/as crean que nos han facilitado la vida, también, es verdad que nos han perjudicado. Se dice que las redes sociales "UNEN"...desde mi punto de vista...nos Distancian más...es un espejismo..una ilusión..antes no habían tantos casos de depresión,subestimación baja autoestima, etc..
Así que dejemos de explotar las ipads, iphones, tablets i demás y vayamos al monte a oler a yedra, musgo y quizás el olor de una vaca mugrienta.