14/7/13

Resucitar la virtud de la compasión

Por Catherine L'Ecuyer

Es cada vez más común ver a personas acercándose a los containers de basura en búsqueda de un trozo de pan, de algo que podrían revender para luego comprar un litro de leche para sus hijos. A menudo miramos por otro lado y tapamos la mirada de nuestros hijos a esas realidades, a veces con razón por su edad, otras veces porque no nos gustaría tener que dar explicaciones de lo que ocurre, así poniendo en evidencia nuestra dureza e indiferencia frente a esas situaciones. ¿Cómo puede entender un niño que no hagamos nada para ese pobre padre de familia? 

Hoy he leído una frase de Madre Teresa de Calcuta, una de las personas que probablemente haya salvado la vida de más niños hambrientes en todo el mundo. Quisiera compartirla con vosotros. Pienso que nos puede ayudar a entender el sentido y ver la belleza  de vivir con más modestia y menos frivolidad. 

"Muchas veces consideramos a los pobres ladrones, vagos, inútiles. Nunca me había avergonzado al alzar la vista hacia la cruz, hasta el día en que una mujer joven vino a nosotras con un niño entre los brazos, tras haber pasado por dos, tres conventos, pidiendo un poco de leche y obteniendo por respuesta: Holgazana, vete a trabajar o algo por el estilo. Cogí enseguida al niño y se me murió en los brazos. Sentí vergüenza de mirar a la cruz porque Jesus nos ha dado tanto y nosotros no hemos sido capaces de dar un vaso de leche a un niño."

Hemos de resucitar la virtud de la compasión.

1 comentario:

Maria Bruguera Martí dijo...

Qué triste vivencia la de la Madre Teresa..., y que egoistas, frívolos y ciegos que podemos llegar a ser...
Gracias por recordarnos la virtud de la compasión y la de hacer el bien a quien lo necesite.
Deseo con todas mis fuerzas que el mundo pueda girar a mejor y nuestros pequeños recuperen el sentido de la modestia y de ponerse en el lugar del necesitado.
Un abrazo.