El otro día, me contaba un padre, que se interesó por conocer el contenido de una película que un profesor quería poner en clase de su hijo de 6 años. El profesor le respondió "¿por qué quieres saberlo?" A esa sorprendente pregunta, el padre respondió que le interesaba saber si convenía o no para la edad de su hijo, a lo que el profesor le respondió "total, todos ya la han visto". Y me pregunto: ¿El día que la mayoría de los niños de esa clase hayan visto películas con violaciones, también se las pondrán en clase? Muchas veces me paro a pensar en cuáles son las causas por las que ciertos educadores pueden hacer tan escaso uso de su sentido común. El otro día, encontré "Las 5 Leyes Básicas de la Estupidez Humana", identificadas y desarrolladas por Carlos M. Cipolla, Profesor de Economía de la Universidad de Berkeley:
Ley 1: Subestimar. Siempre y inevitable todo el mundo
subestima el número de personas estúpidas en circulación.
Ley 2: Independencia. La probabilidad que una persona
sea estúpida es independiente de otras características de esta persona (en ese caso, que fuera educador o padre de familia).
Ley 3: Daño. Una persona estúpida es aquella que
causa daño a otra persona, o a un grupo de personas, mientras ella no gana nada
de aquello y en algunos casos puede causarse daño a si misma.
Ley 4: Coste. Las personas que no son estúpidas
siempre subestiman al poder del daño de las personas estúpidas.
Ley 5: Peligro. Una personas estúpida siempre es el
tipo más peligroso de persona que existe.
Pienso que esa lista es un poco fuerte, y tengo esperanza en que la estupidez no sea una cosa "estática", me gustaría pensar que tiene remedio. Personalmente, creo que las causas de la estupidez son la ignorancia, la mediocridad y el conformismo y que esas tres variables vienen como una explicación por muchos de los errores que vemos hacia la infancia. Gente que no sabe, a veces que no está preparada, y que tiende a "seguir el guión" sin hacerse demasiadas preguntas. Y si le añadimos otros variables, como por ejemplo el orgullo y/o de inseguridad, aquello puede hacer unos cocktails especialmente peligrosos. Pero la buena noticia, es que hay muchos educadores maravillosos, y que con un poco de buena fe y de rectitud de intención, todo lo demás tiene remedio. Pienso que la manera de solucionar el problema es actuar sobre esas tres variables: la ignorancia, la mediocridad y el conformismo. ¿Te apuntas?
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