5/12/13

La generación EC "está chupao"

Por Catherine L'Ecuyer

Durante unos meses, hice promoción de la universidad en la que trabajaba en la facultad de Administración y Dirección de Empresas moderando casos ambientados en empresas. Asistían unos alumnos de Bachillerato de varios colegios privados, concertados y públicos del área de Barcelona. Me acuerdo que caminando hacía la sesión con un grupito de esos alumnos, uno de ellos me dijo delante de sus amigos que ellos venían de un colegio "completamente privado", y que se consideraban totalmente aptos para entrar a trabajar directamente en una empresa. Consideraban la universidad como una formalidad, un peaje no necesario. Vamos, una verdadera perdida de tiempo.

Supongo que todavía se acordará de la cara que puse. 

En mi libro hablo bastante de la relación que existe entre la sobre estimulación, el consumismo extremo, y el bloqueo del deseo y la falta de motivación en los adolescentes. Pero pienso que hay que hablar también de como todo eso puede hacerles perder el contexto, desconectarles de la realidad del mundo. Un niño que ha vivido en un mundo irreal de gratificación instantánea cree que todo ocurre "desde fuera hacía dentro". No hace falta deseo interno, ambición (de la buena), esfuerzo, trabajo, paciencia, todo me llegará, todo es fácil. Es la generación EC "está chupao". "La bolsa de trabajo de mi universidad tiene que darme un trabajo, mis padres un coche, la universidad un diploma, el amigo de mi padre unos enchufes, mi jefe todos los puentes, el estado unos subsidios y mi novia un buen rato". "Por que yo lo valgo", como dice L'Oreal. Y si no me cae lo que me merezco, pues es la culpa del profesor, del estado, de la novia, de mis padres, de la universidad, del jefe... También me acuerdo de aquel alumno que me pedía explicaciones por haber sacado un 2 sobre 20. Por supuesto, le dije que las explicaciones se las tenía que pedir a sí mismo, a lo que me respondió que era porque yo había hecho la prueba sobre 20. "Si hubiera sido sobre 10, seguro que apruebo".

Los niños / jóvenes de la generación EC son poco amigos del trabajo bien hecho porque como "está chupao", pues si me cuesta lo dejo a mitad hecho. Es la ley del menor esfuerzo. Producen chapuzas en serie pero ni siquiera son conscientes de ello. Son alumnos que tienen una imagen de si mismo que no corresponde a la realidad porque no se conocen. En el ruido continuo de los estímulos de la gratificación instantánea, es muy complicado conocerse a si mimo. Esos son los alumnos que hacen el examen corriendo y te lo traen sin revisar con todas las respuestas equivocadas pensando que van a sacar un notable. Son niños / jóvenes con tolerancia baja o nula a la frustración, porque dan todo por supuesto. Y dar todo por supuesto, es lo contrario del asombro, que consiste en "no dar las cosas por supuesto".

La generación EC está subiendo. Gracias a Dios, no hay homogeneidad, no son todos así. Algunos de ellos tienen 18 años, otros 5. Los de 18 años, tendrán que apañárselo como pueden, a no ser que un creativo médico invente un nuevo diagnóstico para describir lo que les está ocurriendo, tipo "trastorno de déficit de motivación y hiperfrustración". Seguro que acaban sacando unas pastillas para eso. 

Los niños de 5 años cuentan contigo para dar un cambio de rumbo. Y lo mejor que puedes hacer para ello, es dejar de saturarles los sentidos, sacarles de delante de la pantalla y enseñarles a tener una mirada asombrada sobre el mundo. 
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2 comentarios:

Miguel Machi dijo...

Genial el post de hoy Catherine!

Un buen retrato de un sector de la juventud, por suerte minoritario, pero que continua existiendo a pesar de las "enseñanzas" que nos esta dejando esta crisis. Estos "chicos burbuja" continúan viviendo en una especie de realidad paralela, ajenos a lo que ocurre a su alrededor, y así como bien dices poco asombro pueden disfrutar. Triste.
Seguro que pronto se diagnostica el déficit y alguien lanza tratamiento farmacológico o terapia milagrosa para curarlos. Con tal de hacer negocio!

Saludos.

Catherine L'Ecuyer dijo...

Gracias Miguel,
Tienes razón, no todos los jóvenes son así. Gracias por tu comentario! Un saludo, Catherine