"Los padres que piensan que, después de un día de trabajo, deben hacer de animadores de ludotecas con sus hijos, ya pueden estar más tranquilos. La calidad no se mide por el número de estímulos que le damos al niño. Solo con estar, estableciendo un vínculo con el niño, darle una papilla, mirarle, hablarle suavemente, sonreír, acariciarle, es suficiente. Un niño de seis meses tiene ya bastante con mirarse las manos. No necesita muñecos que le hablen, móviles giratorios encima de la cuna y música para dormirle cada noche. Un niño de nueve meses está encantado con arrancar la hierba y llevársela a la boca. A un niño de doce meses le basta con que su padre se esconda y aparezca por sorpresa varias veces desde el marco de la puerta de su habitación." Educar en el asombro
3 comentarios:
Muchas felicidades y es un placer seguirte.
Espero pronto poder ir a alguna charla en España o si alguna vez pudieras venir a México. =) saludos,
Gracias por tus palabras y tu valentía a la hora de decir las cosas.
Totalmente de acuerdo, es solo que para llegar a estas conclusiones en ocasiones, hace falta para vivir un proceso, supongo como cualquier aprendizaje.
Gracias por defender y despertarnos.
Un saludo.
http://partykatering.blogspot.com.es/
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