21/10/10

Se habla del asombro en el 14º congreso de la Federación de Entidades de Atención y Educación a la Infancia y Adolescencia

14º Congreso de la Federación de Entidades de Atención y Educación a la Infancia y Adolescencia

La inclusión social de los niños, adolescentes, jóvenes y familias: claves de progreso (21 octubre 2010)

Ponencia por: Catherine L’Ecuyer, colaboradora Fundación Nins

¿Quién es la fundación?

La fundación Nins es una fundación privada sin ánimo de lucro, que pretende promocionar un entorno cultural idóneo para la infancia.

Antecedentes

Hoy en día, constatamos que cada vez, son más los niños dispersos, híper activos con dificultad para crear vínculos, para reconocer la autoridad, para gestionar su afectividad, con actitudes a veces violentas, desagradecidos, y que encuentren su fuente de motivación principalmente en la estimulación externa.

A menudo, encontramos la causa de estos problemas en todo tipo de trastornos psicológicos. Sabemos que España es el tercer país del mundo en prescripción de psicofármacos a menores. También sabemos que en los 4 últimos años, se han duplicado los trastornos mentales en la infancia en Cataluña. Si bien es cierto que en muchos casos los hay, creemos que algunos de estos síntomas se pueden explicar por una falta de respeto para uno de los mecanismos naturales del niño: el asombro.

¿Qué es el asombro?

El asombro del niño es el motor interno que de forma natural le lleva a descubrir el mundo que le rodea, a motivarse por sí mismo. Las cosas pequeñas mueven al niño a aprender, satisfacer su curiosidad, ser autónomo en entender los mecanismos naturales de los objetos que le rodean, a través de su experiencia con el cotidiano. Tan solo tenemos que acompañar al niño, creando este entorno favorable al descubrimiento. No hace falta que nos sustituimos al niño en el proceso de aprendizaje, el asombro ya se encarga de este proceso.

Hoy en día, el ritmo frenético que lleva el niño no le deja tiempo para asombrarse. La sobre estimulación externa (ciertos métodos educativos, algunas nuevas tecnologías), sustituye al asombro y sofoca la capacidad de creatividad y de motivación propia del niño. También satura los sentidos e impide que el niño perciba estimulo menos ruidosos. Al final, el niño no presta atención a los estímulos menos ruidosos, aunque sean importantes, se apalanca, se aburre y busca sensaciones nuevas para satisfacer su adicción al ruido y a la sobre estimulación.

Buena práctica

Desde hace unos meses, la fundación Nins está llevando una campaña de concienciación de la importancia del asombro en el niño. Concretamente, la concienciación se realiza a través de la recogida de firmas de su manifiesto: “Soy un niño.

1) quiero ser inocente

2) quiero entretenerme y jugar como un niño

3) quiero que me hables con cuidado

4) quiero que me dejes imaginar

5) quiero sorprenderme con la realidad

6) quiero que me protejas de lo que me confunde

7) quiero tener referentes positivos en mi familia

8) quiero sentirme querido sin meritos ni condiciones

9) quiero que me dejes crecer como un niño

10) quiero hacerme mayor y no olvidar que soy un niño”

Me gustaría comentar brevemente los puntos 1, 2 y 4 del manifiesto.

-“Quiero ser inocente”: Hay un afán inexplicable por quemar las etapas. Hemos echado al niño del jardín de la infancia. Le hemos convertido antes de tiempo en un pequeño adulto. (hemos perdido el cuidado en nuestras conductas y conversaciones en su presencia, le hemos dejado ver lo que no debe, le hemos quitado el miedo por lo espantoso, el disgusto por lo violento) la catedrática Petra María Pérez habla del fenómeno de la “reducción de la infancia”. El Dr. Castells, psiquiatra y neurólogo infantil, dice: “Hemos matado al niño”

-“Quiero entretenerme y jugar como un niño”: la catedrática Petra María Pérez también opina que los niños que no juegan lo suficiente, tienen carencias emocionales y sociales básicas. Deberíamos volver a ver el juego como algo natural y necesario en el desarrollo del niño. ¿Por qué lo hemos perdido de vista? Entre otras cosas, porque como sociedad, ya desde los 2 años de edad, nos dedicamos a convertirles en pequeños genios (lo que importa es: que lean, que escriben, que toquen el chelo, que hablen chino, que hagan ballet, etc.). Les ocupamos en actividades estructuradas que les llenan la agenda y la cabeza, cuando el niño, lo que necesita descubrir por si solo, sin prisas.

-“Quiero que me dejes imaginar” hoy en día, los niños tienen poco espacio de silencio para poder pensar por si mismo. Hemos sustituido su imaginación por varias pantallas –el móvil, la pantalla digital, el ordenador, la play, la televisión, etc- a lo mejor damos la sensación de haber mejorado la educación con tanta pantalla, pero creo que hay que volver a plantearnos si este es el caso.

Un filosofo decía: “hay 2 maneras de adquirir conocimientos: (1) por invención o descubrimiento y (2) por disciplina y aprendizaje. La primera es el modo más “elevado” y la otra viene en segundo lugar.” el orden secuencial no es irrelevante.

No es preciso motivar al niño “a priori”, presentándole con cosas extraordinarias y espectaculares, sustituyendo su imaginación para moverle a actuar de forma determinada. Al tener el niño pasivamente colocado delante de tantas pantallas, no fomentamos la creatividad. Tampoco la fomentamos con tanta presión por aprender tantas cosas, de forma tan prematura. En Finlandia, la gran mayoría de los niños se escolarizan con 6 años, y sabemos que este país está a la cabeza del ranking en el último informe Pisa.

Resultados de la buena práctica

En pocos meses, sin hacer ningún evento mediático al respecto, hemos recogido unas 500 firmas. Todavía es poco, queremos recoger más.

Reto de futuro

Como reto del futuro, la Fundación Nins quisiera poner en marcha más acciones concretas para sensibilizar a los padres y a las escuelas de la importancia del mecanismo natural del asombro del niño: a través, entre otras cosas, del respeto por sus ritmos y del desarrollo de su sensibilidad.

“¿Por qué es tan difícil respetar el asombro del niño hoy en día?

El asombro del niño no suele gustar al adulto por que 1) no hay tiempo y 2) no es útil: los dos grandes argumentos del siglo XXI. Como consecuencia de la perdida de su capacidad natural de asombro, la naturaleza protesta de la forma que tan bien explica Maria Montessori:

“Cuando el niño reacciona aislándose, ignorando a sus padres, se apalanca, se desanima, es caprichoso, o enseña cualquier otro tipo de comportamiento inesperado por parte del padre, pocas veces el adulto llega a la conclusión que este comportamiento es un grito, una protesta de la naturaleza, al padre que ha impuesto al niño algo que va en contra de su dignidad, o le ha privado de algo imprescindible para su desarrollo.”

Cuando el educador percibe esta protesta del niño, ¿qué hace? Intensifica la disciplina, cosa que, hemos visto, viene en segundo lugar, no en primero (primero, la invención y el descubrimiento, y luego la disciplina y el aprendizaje). La solución se encuentra en dar marcha atrás a los muchos paradigmas que nos han guiado en la educación infantil: convertir el niño a nuestra medida, un adulto pequeño y manejable.

Conclusión

Quitar el asombro a un niño es robarle la infancia, pero también la posibilidad de ser todo lo que podría ser como adolescente y como adulto. Un niño a quién hemos quitado la capacidad de asombro tiene todos los números para convertirse en un adolescente y luego un adulto desagradecido, autosuficiente, ensimismado, cínico, desconfiado, ciego delante de la belleza del mundo porque lo reduce todo a aquello que puede entender, empeñado en buscar sensaciones nuevas porque esta acostumbrado a tener los sentidos saturados, incapaz de escuchar, de sentir empatía queriéndolo todo sin dar nada en cambio porque cree que todo le es debido, etc.

Un niño así es y será, como decía la famosa canción de pink floyd “otro ladrillo en la pared”. Una sociedad que se construye sobre estas bases, no es sostenible.

En cambio, (y acabo con esto) cuando el niño cuyo asombro hemos dejado florecer llegue a la adolescencia, si además le hemos creado un entorno basado en un proyecto que dé sentido a su vida, tiene todos los números para ser

-un ciudadano volcado en los demás porque tiene la sensibilidad para percibir sus necesidades

-será paciente porque esta acostumbrado a esperar antes de tener.

-será creativo porque no le habrán saturado los sentidos.

-actuará solo sin que le tengamos que incentivar porque no encuentra su fuente de motivación en los demás.

-será agradecido porque no considera que todo le es debido.

-será asombrado delante de la belleza del mundo

Ahora, interpelo a vuestra capacidad de asombro: imaginaros, por un instante, a una sociedad formada por personas con estas características…

Muchas gracias.

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