8/7/13

Lo frivolo de jugar con lo lúdico

Por Catherine L'Ecuyer

"No podemos jugar con lo lúdico, porque en último término, nos conduce a lo que nos hace capaces de amar. Sin embargo, parece que mucha gente no es consciente de esto. Si echamos una mirada a nuestro alrededor (...), es muy posible que descubramos un panorama inquietante y descorazonador." (Iñigo Pirfano, Ebrietas)

Cuando advierto del problema de la violencia en los contenidos de videojuegos o de películas, me suelo encontrar con los siguientes argumentos: "No hay que ser tan exagerados", "ya se lo encontrarán", "total, ya lo ha visto todo", "es imposible resistir a la presión de los compañeros", "todo el mundo lo tiene", "no pueden vivir en una burbuja", "no le afecta", "un poco de violencia no pasa nada". 

Clasificar videojuegos violentos como "aptos o no" en función del nivel de violencia (poca o mucha), es como decir a un niño de 13 años: "Puedes insultar a tu maestra, pero un poco, no te pases", o "te puedes emborachar, pero un poco, no te pases". ¿Qué quiere decir insultar o emboracharse "un poco"? ¿Quiere decir que el niño la puede tratar de estúpida, pero no de idiota? ¿Quiere decir que el joven debe detenerse de beber justo antes de entrar en el coma? 

Me parece que ese planteamiento educativo y vital es de una  frivolidad indescriptible. Como dice Iñigo Pirfano, "el problema más grave es que no se es consciente de la gravedad del problema: ésta es la esencia de la frivolidad". 

No perdamos tiempo experimentando el límite de lo indigno, usando como único barómetro "es que todo el mundo lo hace/tiene", y no dejamos que lo hagan nuestros hijos. No perdamos tiempo clasificando basura. 

Para quien le gusta lo concreto, os dejo con esas perlas... Uno de los videojuegos más vistos por nuestros jóvenes: Marvel vs Capcom, con la participación de Lego (verlo con los ojos de un niño de 5 años y fijaros en la expresión facial de los personajes), y luego la versión para jóvenes. 






Ebrietas, El Poder de la Belleza, de Iñigo Pírfano. Una maravilla de libro. Os lo recomiendo.