19/7/10

Nora Rodríguez relaciona el acoso escolar con la falta de apego seguro

Nora Rodríguez, Pedagoga y escritora argentina, con dos importantes libros a su haber: "Guerra en las aulas" y "Stopbullying", dice que el perfil del acosador es "un adolescente con muy baja autoestima debido a esta falta de adulto en la infancia, porque los padres trabajamos, y porque muchos niños muy chicos han estado a cargo de seis, siete personas diferentes que no tienen nada que ver con su familia. Si la persona que lo cuida se va, el niño crece con un apego inseguro."

Miércoles 8 de Octubre de 2008
Ximena Urrejola B.
Entrevista recogida en "Puntomujer.emol.com"

Nora Rodríguez es directora del Curso de Introducción al Bullying y Estrategias Antibullying del Campus Universitario de la Mediterránea, en Barcelona. Debido al impacto que ha tenido el tema en los últimos años en el mundo educativo, en esa universidad española crearon especialmente la cátedra, y no es casual que Nora haya sido elegida para dirigirla.

Ella es reconocida por su autoridad frente al tema, especialmente tras la publicación de su libro 'Guerra en las aulas', considerado uno de los mejores en este tema. El libro es el resultado de una investigación en que entrevistó a más de 400 alumnos españoles, de 230 colegios, y en cuyas páginas explica las raíces más profundas de este fenómeno, advirtiendo que puede derivar en enfermedades como anorexia, bulimia, suicidio, o bien, en que la víctima se convierta en victimaria y ataque a su acosador por medio de un arma.

Nora Rodríguez también es autora de 'Stopbullying', otro volumen en que plantea estrategias concretas por grupos de edad para enfrentar este problema. En exclusiva desde Barcelona para Revista Ya, responde las preguntas más frecuentes de los padres respecto de este tema.

-Mucha gente piensa que el bullying ha existido siempre, y por eso no le da importancia. ¿Qué opina usted de eso?

El bullying no ha existido siempre y no es cosa de niños. Lo que ha existido siempre es que varios hagan daño a uno. Lo que ha cambiado es la manera (de hacer daño) y el perfil de los adolescentes, que no son iguales a los de hace setenta años. Hoy la mayoría de los niños tiene un sobre exceso de información, están mucho más tiempo solos, sin sus padres o un adulto que los guíe, tienen menos tolerancia a la frustración. Es un adolescente con muy baja autoestima debido a esta falta de adulto en la infancia, porque los padres trabajamos, y porque muchos niños muy chicos han estado a cargo de seis, siete personas diferentes que no tienen nada que ver con su familia. Si la persona que lo cuida se va, el niño crece con un apego inseguro. Y los niños que tienen un apego inseguro, cuando llega el momento de cuidar sus relaciones o de cuidar a sus compañeros se pregunta: ¿Para qué lo voy a cuidar si me va a abandonar? Además, estamos en la era de la velocidad -los adolescentes quieren todo ya-, del no compromiso, del diálogo corto, la época de no cuidar los afectos. Hay que fijarse, por ejemplo, en cómo mandan sus mensajes a través del celular o cuando chatean: sólo hablan de acciones, de lo que van a hacer de inmediato, dentro de dos horas.

Para sintetizar: antes sí había, pero no como ahora. Los chicos juegan desde edades muy tempranas con consolas que les dan puntos por matar, por intimidar y por hacer daño: no nos damos cuenta de que la mayoría de las nuevas generaciones, en todas partes del mundo, están aprendiendo a socializar a través de las leyes de los videojuegos.

-¿Cuáles son las causas del bullying?

Las razones son todo: la velocidad, los videojuegos, internet, la falta de los padres; es una suma de factores. Por eso, es tan víctima el que es víctima como el que acosa. En algún momento de su infancia, los niños que generan situaciones de acoso aprendieron que podían conseguir lo que querían a través de la fuerza. Esto puede ser por los videojuegos, porque han vivido ellos mismos situaciones de maltrato o abandono, que es la peor forma de desprecio que un niño puede sufrir. Luego, no sólo estamos hablando de maltrato sicológico y físico, que es lo que la gente más conoce, también estamos hablando de maltrato moral, ideológico, social... hay muchas formas de maltrato. Por ejemplo, este famoso método para que los niños duerman, en que los padres los dejan llorar por un rato y después los atienden, hasta que finalmente se quedan dormidos, yo digo que es lo peor que se puede hacer. Porque el niño no se calma porque se autoconsuela; el niño se calma porque se siente abandonado. Es más de lo mismo.

-¿Cuál es la edad más frecuente para que exista?

Desde que empecé a trabajar en esto hasta hoy he visto alrededor de cinco mil casos de acoso en todo el mundo, la mayoría en España. La edad más temprana es a los cinco años, y la mayor en los primeros cursos de la universidad, aunque ya no son adolescentes, sino hombres y mujeres. En el colegio, la peor edad es a los siete años, cuando tienen a un amigo que es su igual; a los once, cuando para ellos el grupo adquiere connotaciones más importantes que la propia familia, y a los 14 años. Porque no es lo mismo el acoso a los cinco años, a los siete, a los nueve, los once, los 14, los 16 o los 18. No es el mismo tipo de bullying ni la duración; no es lo mismo cómo lo hace la gente que participa y no es lo mismo cómo se gesta.

En algunos casos el problema entre los niños es por liderazgo, en otros casos es por luchas de poder y en otros porque falla el control del adulto. En los colegios se generaliza, aunque eso no se debe hacer; cada edad se analiza de manera diferente, se previene de manera diferente y se interviene de manera diferente. Por si fuera poco, el bullying tiene cinco etapas diferentes. No es lo mismo en su fase inicial que en la segunda, tercera, cuarta o quinta.

-¿Cuáles son las fases del bullyng?

La primera es cuando la víctima se convierte en chivo expiatorio; la segunda: cuando se da cuenta de que también el grupo está en su contra; la tercera, cuando se culpabiliza; cuarta: cuando intenta agradar a como dé lugar a su agresor, para lo que pueden hacer cosas muy duras, y quinta, cuando ya tomó una decisión terrible, como arremeter contra sí misma, contra otros o cuando se llega a enfermar, que ya es a nivel inconsciente.

-¿Cómo un niño se convierte en víctima?

Atribuyéndose lo que el acosador dice de él. Tiene que ver con un proceso sicológico muy largo que finalmente provoca que la víctima crea que ella es la culpable. Por lo tanto, todo lo que dicen de ella es verdad, aunque sea mentira. Entrevisté a un joven de 25 años que nunca había sido obeso, pero era un poco más gordito que el resto de su grupo y le decían 'gordo maricón' en el colegio.

Se tituló, tuvo trabajo, novia, pero cuando perdió el trabajo y la novia, él se dijo a sí mismo: Esto me pasa porque soy un gordo maricón. Y no era gordo y no tenía una tendencia homosexual, pero se atribuía aquello que en una etapa importante de su vida los demás pensaban de él. Es terrible, pero cuando uno les pregunta, las víctimas dicen: algo debe haber, yo debo ser así.

-¿Por qué los niños acosados no les cuentan a sus padres lo que están sufriendo?

Por muchas razones. Primero, por miedo. Segundo, para que no les digan que son bocones. Y tercero, porque lo que pasa en el colegio no se cuenta en la casa. También hay un grave error de la mayoría de los padres, y es que les preguntan a sus hijos: ¿cómo te fue en el colegio? Comí tal cosa, jugué, contestan. Y los padres piensan: mi hijo está bien porque se saca buenas notas. Pero habría que empezar a preguntar: ¿Con quién jugaste? ¿Cómo estuviste con el grupo? Si los papás pueden rápidamente decir quiénes son los tres mejores y los tres peores amigos de su hijo es que hablan con él. Pero en general no lo hacen de manera adecuada y delegan la educación de sus hijos en los colegios.
El proyecto Atenea
Nora Rodríguez es la creadora del primer curso internacional en red para profesores hispano-parlantes, el "Proyecto Atenea", cuya finalidad es crear redes de profesores, alumnos y padres para prevenir e intervenir frente a las diferentes situaciones y fases del bullying. Este proyecto entrega estrategias y herramientas concretas para ser utilizadas por todos los entes de la comunidad escolar desde los primeros años de preescolar hasta el último año de colegio. Son 12 sesiones, con 40 horas en total.
"Y luego, durante seis meses, me tienen permanentemente para cualquier consulta", dice Nora. Más información en su sitio web y en los email: nora.ro.ve@gmail.com y norarodriguez@stopbullying.es.

-¿Qué debe hacer un niño para defenderse si no les cuenta a sus papás?

Hay muchas estrategias para que los niños aprendan a enfrentar la provocación desde edades tempranas. Una es no responder a ella, por ejemplo, yéndose del lugar donde están siendo provocados. Por otro lado, si no quiere quedarse callado, cuando le dicen hey, gordo, o lo que sea, que mire a su acosador a los ojos y le diga: ¿Y a mí qué me importa?, como no dándole importancia. Otra herramienta perfecta es decirle al acosador: ¿Pero recién te das cuenta? ¡Qué bueno que te hayas puesto anteojos! Hay que entrenar a los niños para que respondan de esta manera; en ese sentido es un trabajo de los padres y de las familias. Lo peor que pueden hacer es decirle a un hijo que pegue de vuelta, porque esto genera una cadena de violencia imparable.

-¿Por qué el grupo, que es testigo, no denuncia las agresiones?

Porque el grupo también tiene miedo. El grupo puede reírse de todas las maldades que hace el acosador, pero en el fondo tiene miedo, entonces lo aplauden. El que acosa no es un líder natural, generalmente es el chico menos aceptado, y tiene gravísimos problemas de autoestima. Uno de los casos que más me sorprendieron fue un chico de una familia encantadora y muy bien económicamente hablando, pero que le habían hecho seis operaciones para corregir su labio leporino. Él se sentía muy mal porque no lograban dejarlo bien, y vivía provocando a los demás.

-¿Qué pasa con la víctima a corto y largo plazo?

Depende mucho del tiempo en que ha sufrido. A corto plazo hay unos niveles de estrés impresionantes: tienen miedo de salir con sus amigos, no quieren comer, en algunos casos bajan las notas, pero en otros las suben porque se aferran al estudio. A largo plazo, puede sufrir de síndrome de estrés postraumático, anorexia, bulimia, a los 16 años empiezan a hacerse pipí en la cama. En casos más graves se puede ver paranoia, porque es una situación de acoso, y también que atenten contra sí mismos o contra el acosador. Hace poco me llamaron por el caso de un chico que sacó una pistola en un colegio.

La gente estaba muy alarmada y me preguntaban ¿cómo es posible que sus compañeros lo supieran y no dijeran algo? Pero en la mayoría de los países donde he trabajado -en España, México, Guatemala, Colombia, Venezuela, Brasil- cuando se siente desprotegida, la víctima va armada. ¿Y por qué se siente desprotegido este niño? Porque hace tiempo que está siendo acosado por otros. Pero un niño hace todo un proceso para convertirse en víctima, no se convierte en una de la noche a la mañana.

-¿Por qué el acosador elige a una víctima y no a otra?

El que acosa no busca al que usa anteojos, al gordo o al que tartamudea, sino al que se descontrola. Lo que busca es descontrolar. Si acosa a uno y no pasa nada, acosa a otro y tampoco, pero acosa a un tercero y éste le tira un puñetazo de vuelta, le grita, se pone rojo, sí tiene el show que quería: miren cómo lo domino, miren lo que soy capaz de hacer. Por eso muchas veces los niños más sensibles, los que son buenos alumnos, son la verdadera carne de cañón para un acosador. Y no el que es gordo, ni el que usa anteojos.

-El niño que acosa, ¿es consciente del daño que hace?

Es importante saber que la mayor parte de las situaciones de acoso la ejercen los que en algún momento fueron amigos, porque es el que más conoce a su víctima, sabe cuáles son sus debilidades y cómo descontrolarlo. Luego, hay dos tipos de acosadores, el directo y el indirecto. El directo es el que no tiene mucha conciencia de por qué lo hace, pero lo hace porque le sirve para tener protagonismo y ser aceptado.

Y el indirecto sabe perfectamente lo que hace porque manda a otro a que lo haga. Pero lo más significativo es ¿por qué acosan? Cuando es consciente, podríamos estar hablando de algún síntoma de perversión; el que lo hace directamente, generalmente porque necesita protagonismo, tiene el perfil del niño abandonado. Necesita llamar la atención, demostrar que tiene poder, pero en el fondo es un chico con problemas de autoestima, con problemas familiares, con muchísima soledad.

-¿Qué debe hacer un papá que se da cuenta de que tiene un hijo acosador?

Pedir ayuda a un profesional, sin dudarlo. Averiguar qué necesidades profundas tiene como para tener que controlar y hacer daño a otros, hasta qué punto se siente mal él, porque lo que quiere es tapar su problema con esa actitud. Los padres tienen que preguntarse qué está pasando con su hijo. Y luego, creo que el mejor camino para ayudarlos es que esos jóvenes reparen el daño que han hecho.

Y reparar el daño implica hacer algo positivo por esa persona a la que se dañó, hacer algo positivo por la comunidad escolar, por la familia o por el barrio donde vive. Lo que tiene que hacer es trabajar sobre sus pasos usando estrategias y técnicas -que yo enseño- para que logre tomar conciencia del otro.

-¿Un colegio debe expulsar a un agresor?

El que se tiene que ir es el agresor, el problema es que nos estamos dando cuenta de que el que se va es la víctima, siempre. De todos modos, cuidado, no creo que se tenga que ir nadie. El colegio debiera tener las estrategias y herramientas suficientes para que los chicos no se tengan que ir.

-¿Cómo deben actuar los profesores frente a un caso de bullyng?

En primer lugar, no mirando para otro lado. En segundo lugar, estudiando bien qué es el bullying, cómo se gesta, cuál es su proceso, cómo crece, cómo frenarlo. Yo llevo más de 1.500 profesores formados online, y me dicen: todo esto no lo sabíamos, esto no se enseña en la carrera. Y tercero, los profesores tienen que recuperar la autoridad sobre los niños que les han quitado los padres. O sea, los hijos hoy son intocables. Por un lado, los padres dicen: te dejo a mi hijo, pero por otro la señal es: cuidado, que mi hijo es perfecto, así que no le digas nada. Pienso que en todas las carreras de magisterio tendría que existir ahora una asignatura de bullying, que hoy no existe.

-¿Recomienda la figura de un mediador en los colegios?

Sí, y pienso que el mediador tiene que ser el profesor de educación física, con la formación adecuada, claro. Es con quien más hacen trabajo físico, valga la redundancia, quien ha estudiado más sobre técnicas de grupo y con él tienen una relación distinta que la que tienen con la profesora de matemáticas, por ejemplo.

1 comentario:

vickie dijo...

Unless you become like little children, you shall not enter the kingdome of God. Mt 18:3
Only the childlike retain the childs gift of wonder. Wondering, we forget ourselves entirely, lost in what has provoked our awe. Wonder is the wellspring of praise. We have reason for our praise: we are Gods children, made in His image.

Take a look at Psalm 8